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USO DEL CALZADO EN ADULTOS MAYORES

ARTÍCULO 2. USO DEL CALZADO EN ADULTOS MAYORES

Diseño de calzado para adultos mayores: Evidencia de una revisión sistemática sobre los elementos del calzado óptimo (2019)

El envejecimiento conlleva cambios en la morfología del pie y con frecuencia dichas alteraciones están asociadas a dolor (ej. hallux valgus, comúnmente conocido como “juanete”, dedo en martillo, etc.). Como consecuencia, existe una tendencia a portar zapatillas de casa o similares, con poca sujeción, lo que hace que se convierta en un calzado inseguro e inadecuado que afecta al equilibrio y la forma de andar. Estos aspectos llevan consigo un aumento considerable del riesgo de caídas. Sin embargo, es difícil encontrar zapatos adaptados a las peculiaridades que presenta esta población, ya que el calzado adecuado que existe en el mercado, generalmente vendido en las ortopedias, suele ser costoso. Por este motivo es importante conocer las características que convertirían un zapato común en cómodo y seguro.

Una revisión del año 2019 recopiló información de 57 artículos científicos acerca de los efectos del calzado en la movilidad de los adultos mayores y resumieron las características que debe tener un calzado adecuado. 

Las conclusiones de este estudio en cuanto a las particularidades y el diseño del calzado se exponen a continuación:

El calzado de tacón abierto reduce la calidad y la velocidad de la marcha.La presión sobre la planta del antepié aumenta con la altura del tacón. Una elevación mayor de 2,5 cm puede conllevar juanetes, callos, compresión en la rodilla, menor estabilidad y riesgo de caídas.El uso de materiales gruesos y blandos pueden causar inestabilidad.Es importante el ancho y la longitud del pie, puesto que un zapato demasiado estrecho o pequeño causa dolor y uno muy holgado quedaría mal ajustado, afectando de esta manera al patrón de la marcha y generando incomodidad.  La suela firme y el talón cerrado optimizan el equilibrio y la deambulación. Además, el sistema de cierre debe ser fácil y efectivo.Lo ideal sería un tacón ancho entre 1 y 2 cm, que es la que mejor reparte las cargas entre la parte anterior y posterior del pie (véase foto). Una suela dura, con una plantilla y entresuela firmes proporcionan una estabilidad óptima. Una base de apoyo ensanchada mejora la estabilidad hacia ambos lados.La huella del zapato debe proporcionar fricción tanto en la dirección antero-posterior como en la dirección medio-lateral, porque los adultos mayores tienen un alto riesgo de resbalar en la dirección lateral. El dibujo de la suela exterior debe ser suficiente y ancho.El talón y la punta ligeramente biselados reducen el riesgo de resbalones.Los zapatos deportivos se asocian con un menor riesgo de caídas.

Jellema, A. H., Huysmans, T., Hartholt, K., & van der Cammen, T. J. (2019). Shoe design for older adults: evidence from a systematic review on the elements of optimal footwear. Maturitas, 127, 64-81.

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